
Columnas de opinión
Felipe Alvear, Presidente Regional Metropolitano JR.


Gobernar es Cultivar
Esteban Cofré, Militante Juventud Radical de Chile.
Existe una discusión latente y pujante en materia del mundo de la droga en Chile. El logro de poner en la palestra pública un tema tan contundente como la relación que establecemos con ella, es tanto o más importante como los relacionados con el control de la oferta mediante los golpes al narcotráfico. Sin embargo, en la construcción de agenda pública, no se observa la prevención y la educación como relevantes en este nuevo escenario de la legalización de, por ejemplo, la marihuana.
En discusión
La intervención en La Legua, iniciada con fuerza durante el 2011 por el bullado fiscal Alejandro Peña, posibilita ver fuerzas policiales presentes en cada una de las esquinas de la población más problemática en materia delictual. Redadas apoteósicas, investigaciones profundas, operaciones en cubierto y seguimientos exhaustivo, nos hablan de un Estado –un gobierno- particularmente preocupado por la reducción del ingreso y el tráfico local de sustancias ilícitas. En suma, un aparato público bastante grandilocuente en sus declaraciones en cuanto seguridad pública.
Manuel Lagos, sin estar incluido directamente en el mundo de la farándula, se ha convertido en el último gran ejemplo mediático de las incoherencias que muestra la manera en la que se trabaja el tema en nuestro país.
Nadie puede decir que está en contra de las acciones y políticas en pro de reducir el narco tráfico y todo lo que este genera, pero las incongruencias presentes en dicho veredicto en contraste a situaciones símiles, deja mucho que desear, mucho que observar.La discusión que queremos llevar al tapete, no está alejada de la misión de hacer de Chile un País más inclusivo, alejarnos de la cuestión falsa ilusión sobre igualdad, debe ser el “Trending Topic” de quienes estamos en formación en la casa de Bello y en toda la red de universidades con mediano interés en las problemáticas sociales.
"Tal como la metamorfosis de las consignas en educación – desde el pase escolar hasta la educación gratuita y de calidad para todos, debemos procurar que la legalización/despenalización se haga bajo un marco de transformación educativa de la población...
El lado no señalado, el no revelado de la “realidad de los medios de masa”, y el de la agenda pública, es la forma en que estamos apostando como país en la prevención de droga. No observamos instituciones sin fines de lucro licitando y peleando por propuestas preventivas en escuelas, en barrios y en otros contextos. No divisamos políticas coherentes en sujetos, fines, objetivos, ni siquiera con coherencia interna. Lo que vemos, son organizaciones punitivas que criminalizan el consumo y la relación con cualquier sustancia al punto de generar mitos alrededor de ellas. Vemos un Estado que, como se está haciendo común, cumple fervientemente la función de regular las operaciones de las personas -e instituciones-, haciendo vista gorda con los ruidosos pasos del mercado.
La agenda pública, como caldillo de cocción de lo que se transformará en agenda de gobierno, en las futuras nuevas leyes y políticas de nuestro país, no logra posicionar mediáticamente un trabajo coherente con los cambios legales argüidos. Quienes queremos o velamos por la despenalización/legalización de la marihuana; quienes no queremos más presos por plantar, somos los mismos que debemos provocar el cambio en la construcción del problema a intervenir.
Tal como la metamorfosis de las consignas en educación – desde el pase escolar hasta la educación gratuita y de calidad para todos - , debemos procurar que la legalización/despenalización, se haga bajo un marco de transformación educativa de la población. La actual forma de presentar la discusión, lleva a la población- no la que nos rodea y piensa igual a nosotros, toda la otra población- a pensar dicotómicamente la propuesta y cayendo en la aceptación o satanización de la sustancia.
Nuestro deber como jóvenes y adultos en formación, es la ser empáticos con el resto de la sociedad. Esperar que otras generaciones logren el acoplamiento adecuado del cual servir nuestras pretensiones de sociedad, no es un ejercicio que sucede solo por los movimientos de protesta. Debe ser un logro a conseguir a través de la alquimia coherente entre discusión, protesta y el ejercicio empático de estas.
SENDA (Ex CONACE), es el servicio que entre otras cosas, levanta las propuestas a trabajar en los contextos juveniles, escuelas, barrios y familias. Al depender del Ministerio del Interior y seguridad pública, se hacen evidentes (en la práctica) el foco que se observa como importante de mostrar. Las campañas publicitarias de este servicio ministerial son testigo de lo enunciado anteriormente.
La tarea
Así con todo, educación y prevención en el espacio escolar, no es una articulación sencilla de pensar. Aunque todas las evidencias apunten a que la escuela es el contexto más adecuado para el trabajo en esta área, las condiciones que ésta presenta actualmente, hacen que cualquier intento por introducir reflexión se vuelva estéril. Evidenciar que, en los contextos vulnerables, las experimentaciones con alcohol, marihuana y cocaína se inicien desde los 12 y 14 años o séptimo básico (PUC, 2010), es un dato que no debemos dejar de lado, por más pro legalización/despenalización que nos consideremos.
Las reformas en educación de calidad, gratuita y para todos no deben ir separadas de movimientos coherentes y empáticos con todos los contextos sociales, así como tampoco deben continuar desconectados de los ejes educativos transversales. El desarrollo emocional, afectivo y crítico en la escuela fortalecen per se el cómo queremos continuar nuestra sociedad en la discusión de la despenalización/legalización del consumo de marihuana. Por lo tanto, Cultivar es también Educar.
Comprender el discurso de la derecha Chilena sobre la Dictadura, es a veces, casi imposible, las sociedades crean sus memorias en base a sus vivencias personales y colectivas, las adecuan según su comodidad o protección, la basan en su Historia oficial o la distancian de ella, pero en el ejercicio de su memoria histórica la derecha ha ido de mal en peor, pero no es solo por su poco avance en el pensamiento hacia el progreso y la unidad, sino también, por la labor de quienes han trabajado en la defensa de los derechos humanos, además de la lucha de las víctimas y familiares.
Durante la dictadura las madres, padres, hermanas, hermanos e hijas e hijos, vencieron el miedo y salieron a la calle a recordarle a los otros lo que había sucedido en Chile, y corrieron innumerables ocasiones por la Alameda contando las historias de sus caídos o apresados, es un proceso lento que con la llegada a la democracia, se comienza debilitar, por los años, por la falta de justicia, pero estas organizaciones y movimientos ya habían hecho una labor incalculable por la memoria en nuestra sociedad, que ni siquiera ellos imaginaban, lograron que todos y cada uno de los Chilenos, condene las violaciones a los derechos humanos y pusieron el tema lentamente en todos los sectores, políticos y educativos.
"la nueva vertiente de los jóvenes gremialistas ha ido aun mas allá, desvinculando el golpe con las violaciones a los derechos humanos y situando estos últimos actos a un grupúsculo aislado de militares, esto me hace recordar la Alemania de algunas décadas atrás, donde nadie era nazi y los hijos de quienes vivieron la gran guerra, se preguntaban ¿y quiénes eran nazis?, ¿nadie fue nazi?.
Hoy la derecha es incapaz de poder justificar las violaciones a los derechos humanos que sucedieron en nuestro país, en el contexto de “la salvación” del marxismo internacional, en este afán de poder encontrar una explicación lógica a una barbarie como lo es una dictadura, comienzan día a día a modificar su discurso y alterar su memoria, a modo de ejemplo la frase típica, “lo que paso en la UP”, que nos muestra en una balanza el bloqueo que sufre Allende por Estados Unidos y el posterior desabastecimiento y colas producidas por este, con un golpe de estado y una dictadura de 17 años, un error histórico rotundo y una tergiversación de los hechos, pero esto no se queda ahí, la nueva vertiente de los jóvenes gremialistas ha ido aun mas allá, desvinculando el golpe con las violaciones a los derechos humanos y situando estos últimos actos a un grupúsculo aislado de militares, esto me hace recordar la Alemania de algunas décadas atrás, donde nadie era nazi y los hijos de quienes vivieron la gran guerra, se preguntaban ¿y quiénes eran nazis?, ¿nadie fue nazi?.
Aquí vemos claramente como la derecha en su afán de justificar hechos que actualmente son repudiados transversalmente en nuestra sociedad, gracias al debate que han puesto en la mesa quienes siguen luchando incansablemente por la verdad y la justicia, no tiene más que recurrir a modificar sus recuerdos, e interpretar la historia bajo un prisma inexistente, donde el golpe fue libertad, la dictadura tuvo auge económico, a pesar de estar documentado y demostrado lo contrario, todo este gran ejercicio para defender lo indefendible, una dictadura sangrienta y cruel.
El 11 de septiembre de 1973 es una fecha que muchas veces quisiéramos borrar de nuestras mentes, es comprensible, el ser humano desea borrar los recuerdos de horror de su mente, pero nuestra memoria es tan significativa como fuente para la Historia, que muchas veces debemos comprender que pese a ser nuestro derecho recordar, también es nuestro deber.